Ultreya, y buenos días a todos mis lectores.
Sin duda, un políglota tiene que enfrentarse a dos desafíos: aprender nuevos idiomas y conservar y no olvidar ninguno de ellos; porque si uno no usa el idioma que aprendió, lo olvida y… ¡mucho! Para dar un ejemplo, si uno no cuida su jardín regularmente, la verdura se daña.
Para no olvidar mi español, me escribo regularmente con un “pen-pal”, es decir, un amigo con quien intercambio dos idiomas: alemán y español. Yo siempre escribo en alemán y él en español. Además, hablo por lo menos una vez por semana con alguien en el idioma español. Puede ser un tutor o profesor de italki o alguna otra plataforma. También, siempre me corto el pelo en una peluquería española. Así, no olvido mis conocimientos en el idioma, y aprendo mucho más.
Entiendo que ya es difícil mantener cinco idiomas. ¡Imagínese diez! Yo, dependiendo de lo que signifique hablar, diría que hablo cinco a un nivel bastante alto, y hablo otros dos también, pero no con una fluidez increíble.
Mi consejo es: “Pasito a Pasito, suave suavecito” como dice Luis Fonsi en la canción “Despacito”. Viva el idioma. No sólo es aprenderlo y luego olvidarlo. Use el idioma a lo mejor dos o tres veces por semana. Los idiomas son herramientas increíbles para comunicarnos con los demás, y hay que conservarlos en nuestros cerebros, porque son un tesoro de la humanidad.
¡Hasta la próxima entrada! 🙂